Definición: Inserción de una aguja de pericardiocentesis en la cavidad pericárdica para la eliminación del líquido acumulado en esta. El derrame pericárdico cursa con la acumulación de un volumen superior a 50 ml. en la cavidad pericárdica, dicho acúmulo puede ocasionar un aumento de la presión dentro de la cavidad que de lugar a la aparición de un episodio de taponamiento cardiaco.
Indicaciones
- Existencia confirmada de derrame pericárdico superior a 50 ml. que ocasione signos y síntomas de compromiso hemodinámico.
Material
- Guantes estériles
- Gasas estériles/desinfectante tópico (povidona iodada, clorexidina).
- Paños, campo y batas estériles.
- Gorro y mascarilla.
- Bandeja de pericardiocentesis o toracocentesis.
- Aguja de base metálica.
- Anestésico local: lidocaína al 1%.
- Jeringas de 3 cc, 5cc, 10cc y 50cc.
- Aguja de pequeño calibre para la administración de anestésico local.
- Aguja cardiaca de 16 o 18.
- Cable guía.
- Dilatador vascular y hoja de bisturí.
- Carro de parada con medicación cardiaca de emergencia.
- Monitor con registro cardiaco.
- Desfibrilador.
- Sistema de aspiración.
- Soporte ventilatorio: toma de oxígeno, sistema de ventilación tipo Mappelson.
- Apósito oclusivo para taponamiento de la zona de punción.
Procedimiento
- Explicar el procedimiento al paciente, y obtener el consentimiento informado. Colocar al
- paciente en la posición adecuada para la punción:
- Decúbito supino con el cabecero elevado 30-60º, para favorecer la aspiración
del líquido.
- Administración de los sedantes prescritos.
- Monitorizar las constantes vitales del paciente, incluyendo registro electrocardiográfico.
- Localización de la zona de punción, generalmente se efectúa vía subxifoidea.
- Desinfección de la piel con desinfectante tópico (povidona iodada, clorexidina).
- Colocación del campo estéril.
- Administración de anestesia local en la zona de punción.
- Conectar el sistema de aspiración a la aguja cardiaca.
- Inserción de la aguja en la cavidad pericárdica manteniendo aspiración constante a través de la misma.
- Vigilancia exhaustiva de las constantes vitales en busca de variaciones que indiquen posible daño a nivel miocárdico.
- Registro electrocardiográfico a través de la aguja de periocardiocentesis, a la que se le conecta una “pinza de cocodrilo” que permite el registro electrocardiográfico directo, evitando de este modo la posible punción sobre el tejido miocárdico.
- Una vez realizada la aspiración, se procede a la retirada del catéter y colocación posterior de vendaje estéril oclusivo.
- Monitorización y registro de las constantes vitales del paciente.
- Vigilancia constante de la efectividad del patrón respiratorio y cardiovascular del paciente durante y tras el procedimiento.
- Monitorización y vigilancia constante del registro electrocardiográfico.
- Vigilancia de la zona de punción en busca de:
- Signos de infección.
- Realización de las pruebas complementarias prescritas: radiografía de tórax, ecocardiograma.
- Registro del procedimiento.
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